Dos estudiantes de instituto obsesionados con la muerte y la crueldad humana se juntan para investigar el caso de un asesino en serie que siempre corta la mano izquierda de sus víctimas y posteriormente apuntala sus cuerpos para crear escenas artísticas. Su objetivo es llegar antes que la policía a los lugares del crimen no para coger o detener al criminal, sino para admirar su talento.

Kaneko Teppei es un joven japonés normal y corriente. Trabaja a tiempo parcial, hace vida en Tokyo e intenta descubrir qué le espera en la vida. Finalmente, tras armarse de valor para ir a su primera entrevista de trabajo, es acusado por una joven colegiala de haberla manoseado en el metro. Él proclama su inocencia desesperadamente, pero a la policía sólo le interesa forzarle a hacer una confesión falsa, pagar una multa y cerrar rápidamente el caso. Antes de que se dé cuenta de lo que está pasando, su persistencia en afirmar su inocencia le sumirá en una odisea kafkiana de burocracia judicial.