Gina y Tina, además de ser dos libidinosas bailarinas de striptease, trabajan también como detectives privados. Contratadas por un viejo millonario para recuperar un vídeocassete con imágenes comprometedoras para él, las dos se lanzan a las más disparatadas aventuras.

En un islote desierto, próximo a la costa de Maracaibo, vive aislado un pequeño y extraño grupo de gentes. El líder, Don Martín, es un hombre maduro, de oscuro pasado, que no está bien de la cabeza desde hace tiempo. Lo acompañan su esposa, una mujer amargada, su amante, una prostituta del puerto, su hija Beatriz, fruto de un matrimonio anterior, y Herbie, un joven autista

Madame Villeblanche dirige un imperio de prostitución de lujo situado en una torre de oficinas en algún lugar de España. Ella se pasa la mayor parte de su día retozando en la cama con su ayudante, con la sola interrupción de las llamadas de negocios. Dos nuevas prostitutas son contratadas para atraer a los clientes a las cámaras de tortura de la señora.

Irina, la directora de la oficina de turismo de Transilvania, ha traído al sur de España al personaje más célebre de su país, el Conde Drácula, para mostrar su cadáver en una campaña publicitaria de Transilvania. Cuando Silvia Superstar, la cantante de Killer Barbies, se entera de su llegada, intenta ponerse en contacto con él. Después oírla cantar, el Conde despierta de su sueño de siglos. Tras un coqueteo inocente, empieza un terrorífico juego. Irina, desesperada, le pide ayuda al Doctor Seward, famoso cazavampiros internacional, y a su ayudante Albinus para acabar con las sangrientas aventuras del Conde.

Carla es una marchante de arte que sigue la pista de una cantante húngara de los años 40. Cuando localiza a sus familiares, descubre que son gentes que viven entregadas al hedonismo. Tras ser seducida por ellos, conoce a una especie de vampiro con encantos de serpiente que parece la reencarnación de la artista.