Moritz se ha mudado a Berlín para estar con el novio, pero la relación pronto termina. El joven se embarca en un viaje lleno de tropiezos, metamorfosis y autodescubrimiento.

Es el último invierno antes del fin del instituto para Katja, Benni, Sascha, Laila y Schöller, entre clases de karate, porros en pisos cochambrosos, paseos sin rumbo y poco soporte emocional fuera de ellos mismos. Y lo viven juntos y revueltos en una película visceral y física, llena de luchas cuerpo a cuerpo, besos y caricias en un mar de relaciones ambiguas. El umbral de una incierta vida adulta.