Después de haber visto el futuro, el viajero del tiempo Rip Hunter tratará desesperadamente de evitarlo logrando la tarea de reunir a un dispar grupo de héroes y villanos para enfrentar una amenaza imparable, en la que no solo la seguridad del planeta está en juego sino el tiempo mismo.

Sigue a un adolescente desilusionado que fue reclutado en una escuela secundaria para asesinos. Mantener su código moral mientras sobrevive a un plan de estudios despiadado, camarillas sociales viciosas y sus propias incertidumbres adolescentes puede resultar fatal.

Shawn es un joven muy distinto a los demás. Desde pequeño, su padre, detective de profesión, le enseñaba a fijarse en todos los detalles de su alrededor, incluso hasta en los más nimios. Tanto que sus extraordinarios poderes de observación le hacen ser sospechoso de un crimen que no ha cometido. Sin embargo, gracias a su talento, termina convenciendo a la policía de que se trata de poderes psíquicos. De este modo, el joven se hace pasar desde entonces por un falso médium. El joven Shawn sabe aprovechar su inusual habilidad de observar. Y es que, además de trabajar como asesor de la policía, monta un negocio para enriquecerse a partir de su propia farsa. Con la ayuda de su mejor amigo, Gus, el joven protagonista pone en marcha una agencia de investigación llamada Psych donde, de manera picaresca, intentan solucionar los casos más insospechados, dejando a las fuerzas del orden totalmente impresionadas, aunque siempre quedan los escépticos.

Maddie tuvo mucho éxito en sus estafas hasta que tres de sus víctimas, Ezra (Rob Heaps), Richard (Parker Young) y Jules (Marianne Rendón), deciden unirse para localizarla mientras ella trata de hacer otra conquista, Patrick (Stephen Bishop). Ezra, Richard y Jules pronto se darán cuenta de que sus vidas están llenas de drama más allá de ser sólo una parte del engaño de Maddie.