Deporte rey en Corea, el karaoke es el tema en torno al que gira esta inclasificable película. En ella, encontramos a Sung-wook, gerente de un local de karaoke, que para salvar el negocio contrata a una veinteañera adicta a los videojuegos. A la paleta de excéntricos personajes hay que sumar una amenaza: un asesino en serie anda suelto, y pronto se cruzará en sus caminos.

Defensor del sexo, pero no del matrimonio, el soltero Daegyu (interpretado por el cantante convertido en actor Im Changjeon), de 26 años, produce álbumes de música piratas para ganarse la vida. Un día, se encuentra con un valiente niño de nueve años llamado Jeon Ingwon (interpretado por Lee Inseong) que insiste en que es el hijo de Daegyu nacido fuera del matrimonio. Daegyu intenta todos los medios posibles para enviar al audaz muchacho de regreso a su lugar de origen, incluso denunciarlo a la policía, abandonarlo en la calle e incluso fingir no haberlo conocido, pero sin éxito. Ingwon le hace una oferta a Daegyu: lo dejará para siempre si primero viajan juntos por el país. Durante el viaje, Daegyu se entera del secreto de Ingwon y encuentra una razón para no continuar su viaje.