Llegan a Katratzi. Crichton irrumpe en plena asamblea entre Scarrrans y Pacificadores con una bomba nuclear bajo el brazo. Afirma que si cualquier cosa le pasa, incluso si el pulso se dispara debido por ejemplo a estar bajo tortura, explotará. Su propósito es conseguir de una vez por todas que todo el mundo deje de perseguirle por toda la galaxia. Venderá la tecnología de agujeros de gusano al mejor postor.
El plan es sembrar el caos en la estación enfrentando a los aliados de los Scarran entre sí: los belicosos Charrid y los técnicos Kalish. En el caos deberían poder rescatar a Scorpius y salir por patas, pero no todo sale como esperaban y no consiguen escapar.