Harta ya de su caradura, Julia decide dar un ultimátum a Javier: si no salda su cuenta en 24 horas, se tendrá que ir del complejo. Como medida de presión, Julia se queda con sus pertenencias, y con el último ejemplar de la novela de Javier. Inesperadamente, Julia se engancha al libro. El problema se agrava cuando Javier se lo quita y le hace creer que es ella quien lo ha perdido. Esta circunstancia lleva a ambos a un acercamiento.