Uno de los clientes americanos que hay alojados en el hotel, resulta ser un directivo de Chrysler, y se queda de piedra al ver que Genaro arregla los coches de oído, hasta tal punto que le ofrece el oro y el moro por irse a trabajar a la central que está en los Estados Unidos. Genaro acepta y esto provoca celos, envidia y miedos en Agustín, que por accidente provoca en Genaro una sordera temporal. Ahora el mecánico tendrá que arreglárselas para que el americano no note, en la prueba que va a hacerle, que está sordo.